jueves, 18 de julio de 2013

ISLEÑA y GUAJIRA (Belkys Rodríguez)

Hace días que no escribo. Debe ser el verano que me está licuando la tinta en las venas y que sólo, en la oscuridad de la noche, cuando las temperaturas bajan, cuando reina el silencio del viento golpeando mis ventanas...llega a mi sueño el deseo de leer y de escribir. Y leí. Leí a Belkys, mi amiga Isleña y Guajira...

"Guajira, no guantanamera y sí batabanoense. Batabanó, pueblito sureño, entre la campiña cubana y el mar Caribe; villa ilustre de la antigua provincia La Habana. El pueblo de la bala perdida, como solía decir un amigo mío; donde el diablo dio las tres voces y nadie lo escuchó. Casas de madera, desgastadas por la desidia y los huracanes; calles polvorientas, con domingos tan apacibles que hasta el calor bosteza y se aburre; perros sarnosos que vagan como almas en pena; el parque con su glorieta,  el busto de José Martí, las palmas reales, el Liceo, la iglesia vetusta  y achacosa, las Cuatro Esquinas por donde fluyen la algarabía de los niños que salen de la escuela y las aguas residuales. Allí late el corazón del pueblo: la librería, la cafetería donde solo venden ron y tabaco en moneda nacional, la tienda de Cheo (aunque el gobierno la expropió hace cincuenta años, todo el mundo la sigue llamando así), la shoping o tienda para comprar con dólares, la gasolinera, donde cobran también en “moneda dura” el combustible y los refrescos fabricados en la isla, la relojería, la barbería, los carros americanos de los años cuarenta y cincuenta con motores Nissan de los noventa, la tierra colorá que se te incrusta en la piel y en los pulmones, el cine Yaracuy que se cae a pedazos, la bodega sin víveres, la carnicería sin carne, los quioscos de los pequeños agricultores, con sus pregones de aquí tiene sus frijolitos frescos y su ají cachucha, la parada por donde  no pasan guaguas desde  la última glaciación.
Con sangre canaria y asturiana y un gen de Marco Polo. Isleña que por nada del mundo se le ocurre vivir en tierra continental. Guajira renegada que emigró primero a la capital, esa Habana inextinguible, caótica y decadente; después al Polo Norte, a la isla de fuego y hielo, y entre glaciares y volcanes aprendió a caminar sobre la nieve y a disfrutar de una aurora boreal desde la ventana de su casa. Entre elfos y vikingos vino al mundo su hijo, el primer cubano nacido en la tierra de Erík el Rojo. Un niño bilingüe de pelo negro entre tantos rubios y pelirrojos. Nuestros amigos nórdicos no podían entender cómo éramos capaces de sobrevivir entre el hielo y la oscuridad polar. Es que somos “duros de pelar”, como dijera mi padre. Tenemos genes a prueba de balas y llevamos una buena reserva de sol tropical en los recuerdos.
Ahora,  otra isla, la de repuesto como la llama mi amigo Manuel. De clima subtropical, de calimas, barrancos,  arenas negras, sin aguaceros, montañas color ocre, dunas, dragos y bosques de laurisilva, amigos de pura raza, el amor en la mirada de un hombre que empuja mis raíces más hacia el fondo. Roque Aguayro, Roque Nublo, Fortaleza de Ansite, Guayadeque, Santa Lucía, San Bartolomé, Agüimes, Arinaga, el mar Atlántico encrespado y enigmático. No quemo las naves, simplemente suelto los cabos para que naveguen sin timonel y sin brújula. Desde la orilla agito el pañuelo blanco intentando despedirme definitivamente de la nostalgia."

Y escribí...

"Son las cuatro de la madrugada. No podía dormir y recordé que no había logrado acceder al blog. Lo intenté de nuevo y aquí estoy, más desvelada que antes, con lágrimas de emoción en los ojos dormidos, escuchando al viento que azota las ventanas, y pienso que es casi huracanado, como el de tu isla, en esta otra, vecina de la mía, de la tuya de repuesto, la que una vez me dijiste que querías conocer porque te recordaría a esa otra tierra,de fuego y hielo , donde nació tu pequeño vikingo ¡cubano! como él gritaría, si me estuviese leyendo, a los cuatro vientos...El viento sigue golpeando las ventanas, las palmeras, las puertas... y se lleva lejos la tierra del desierto que nos trae entre las nubes. Una tierra roja que lo cubre todo, que también se mete en los pulmones, que desafina los pianos y que seguro también trae recuerdos a una niña isleña y guajira. Y que quizá esté volando, entre otras nubes, de isla en isla, desde la mía hasta la tuya."

Para ti mi querida Belkys...

2 comentarios:

  1. Gracias, amiga mía!! Otra vez se me hacen agua los ojitos. Yo también estoy desganada. Es el calor. Un abrazo inmenso de una isla a otra.

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