domingo, 30 de diciembre de 2012

EL MAR en las Caracolas


Entre sueños he recordado el eco de aquellas caracolas gigantes que tenía de niña. Me las había traído mi madre de algún país exótico. Eran rugosas por fuera y de una suavidad extrema y nacarada en su interior. Nunca me atreví a meter la mano dentro, temiendo que algún ser abisal siguiese viviendo en su interior. Aun así, no temía acercarlas a mi oído. Me deleitaba con aquel sonido que guardaban desde hacía siglos: de mar embravecido, de olas y rompientes, de zarandeos impetuosos, de arrastre de mareas, de cantos de sirena...


2 comentarios:

  1. Qué bonito Guada, entrañable y muy tierno.
    Una caracola enorme, que aún conservo, ha formado parte también de mi infancia. Un día que nos veamos te contaré la historia.

    Un besote enorme, y feliz año para todos!!!

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  2. ¡Hola Malena!!!!!!!!!!
    quiero conocer esa historia!

    Un beso muy grande y feliz año!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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