miércoles, 19 de diciembre de 2012

LIBERTAD Vestida


Como casi todas las mañanas últimamente, he venido a desayunar a la orilla del mar. Aunque el día está precioso, el mar espectacular y el horizonte jalonado por el Teide, ninguno de los que pasean por la orilla, ni ninguno de los que estamos sentados frente a esas maravillas, las miramos. Todos estamos pendientes de tres bañistas que disfrutan del agua helada, saltando y pegando gritos en otro idioma, mientras un tercero les espera. Yo me percaté enseguida de su presencia porque los tengo justo debajo y enfrente de mí. Y no he dejado de mirarles esperando a que salgan un poquito más del agua para poder sacarles una foto. Y los que pasean por la orilla, y que parecen ensimismados en sus pies o en un punto fijo, cuando pasan a su lado, parecen soldados marchando que, justo en ese momento, giran la cabeza y se quedan mirando hasta que no les queda más remedio que volver a mirarse los pies. Alguno, hasta ha dado la vuelta con disimulo para poder verles mejor. Y no es que estén desnudos ni haciendo piruetas imposibles. No. Simplemente, o asombrosamente, o desgraciadamente, ellas están vestidas de arriba abajo. Ni su pelo puede sentir, libremente y sin tapujos, la caricia del mar.

Han terminado su baño. Aunque hace sol me he quedado muerta de frío esperando. Estoy vestida y mi ropa está seca. Ellas están mojadas, vestidas con su ropa y su velo empapados, y lo único que pueden hacer para no morir congeladas es caminar soriendo bajo el sol al recordar esa pequeña 'libertad vestida' que les ha dado el mar. 

© GUADA 

2 comentarios:

  1. Pero cómo disfruto con tus historias, con los retazos de realidades que nos regalas todos los días....eres fantástica.

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  2. ¡Gracias Ruth!!!!!!
    Hoy hace dos meses que comencé el blog!!!!!!
    Gracias por tu comentario, sabes que siempre me animas!!!!

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